La llegada de un bebé siempre implica cambios en casa. Las familias reciben al nuevo miembro con alegría y, habitualmente, con su propio espacio en la vivienda.
En este inmueble el proyecto de decoración interior del dormitorio infantil consistió únicamente en una lavada de cara. Ya se había acondicionado la estancia cuando llegó el hermano mayor y la familia quería aprovechar el mobiliario existente, así que simplemente se optó por dar una nueva mano de pintura y aplicar un sencillo papel pintado. La pequeña decoración de la estancia hizo el resto. A pesar de la sencillez, el cambio es notable.